lunes, 7 de mayo de 2018

Ezcaray - La Rioja

Ezcaray, localidad tradicional de veraneo e importante centro de deportes de invierno, está situada en el alto valle del Oja, a 751 m de altitud, en plena sierra de la Demanda. Rodeada de bosques mixtos en los que predominan el roble y el haya, dista 60 km de Logroño y 14 km de Santo Domingo de la Calzada, desde donde se accede siguiendo en dirección sur la LR-111. Tiene censada una población de 1.825 habitantes, aunque en temporada alta este número aumenta considerablemente. Su economía está basada en el turismo y las industrias del mueble y alimentaria.

Historia
Ezcaray fue repoblado por gentes procedentes del norte a lo largo de los siglos X y XI. Por tanto, ha sido desde antiguo un área vinculada al ámbito vasco no demuestran numerosos topónimos de zona y el de la propia villa, que significa "peña alta" .
A lo largo del siglo XIII, fue afianzándose el protagonismo de Ezcaray y su creciente influencia sobre las restantes poblaciones del valle. En 1312, Fernando IV otorgó el Fuero de Valdezcaray —ratificado por Alfonso XI y, más adelante, restringido por los Reyes Católicos—, que eximía a los pueblos de la comarca del pago de determinados impuestos. Asimismo, proporcionaba protección frente a la justicia a los malhechores que, tras acogerse a él, vivieran honestamente en la zona. Cuenta la tradición que si lograban tocar la denominada «argolla del fuero», que hoy se conserva clavada en uno de los pilares de la plaza de la Verdura, podían disfrutar de dicho beneficio. Como consecuencia de la concesión del fuero se produjo un incremento demográfico, notable tanto en Ezcaray como en las vecinas villas de Valgañón, Ojacastro y Zorraquín.
Ya en el siglo XIV, Ezcaray se convirtió en feudo de los Manrique y comenzó a desarrollar una incipiente textil que daría sus mejores frutos a partir del siglo XVI. Dos centurias después, la mentalidad ilustrada sabría orientar con éxito esta industria, aprovechando las óptimas condiciones del terreno -abundancia de pasto para una nutrida cabaña lanar y numerosos cursos de agua que hacían posible la actividad de molinos y lavaderos— para favorecer, con el apoyo institucional, la creación de una instalación a gran escala. Fue así como nació la Real Fábrica de Paños de Santa Bárbara, gracias en buena medida a la iniciativa del Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI. La factoría prosperó en tiempos de Carlos III, alcanzando sus máximos niveles de producción en el último cuarto del siglo XVIII. La actividad de la Real Fábrica determinó, por otra parte, la construcción de una serie de edificaciones, buen ejemplo del racionalismo y la funcionalidad aplicados a la arquitectura.
A principios del siglo XIX, la antaño próspera industria textil comenzó a dar los primeros síntomas de agotamiento; mediada la centuria la crisis estallaba, dando al traste con uno de los experimentos más prometedores del proceso de industrialización en la comarca.
Desde 1997 se viene celebrando un pequeño festival de jazz en los últimos días de agosto.

(Pueblos escogidos)

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