jueves, 1 de febrero de 2018

Parque de María Luisa - Sevilla

Abierto al público en 1914, el Parque de María Luisa es, con toda probabilidad, el mejor regalo que la infanta María Luisa, duquesa  de Montpensier, podía hacer a la ciudad de Sevilla. 
Con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, y a la luz de otros jardines andaluces  como el de los Reales Alcázares o La Alhambra y El Generalife, el parque fue remodelado y acogió los Jardines  de las Delicias, el Huerto de Mariana, los naranjos del Palacio de San Telmo y una fracción del Prado de San Sebastián. 
Hoy se  trata de uno de los lugares  más visitados de la ciudad, y es  que dentro del recinto se  encuentra la conocida plaza de España, atestada siempre de turistas y escenario recurrente  de la industria cinematográfica. La  plaza de América  constituye  el otro  gran atractivo del recinto; hoy alberga, frente  a su estanque, el Museo Arqueológico y el de Artes y Costumbres Populares.  
El parque se articula en diferentes paseos que casi a cada paso se  cruzan entre sí conformando pequeñas glorietas dedicadas, en su mayoría, a literatos y artistas, como las de los hermanos Machado, Cervantes, Concha Piquer, Bécquer o Dante Alighieri. Entre camino y camino, el estanque de los lotos se alza como uno de los rincones  más bonitos del parque, y también uno de los más acertados para pasar un rato relajado. 
Tampoco hay que dejar de ver el monte Gurugú, un pequeño cerro artificial de un encanto singular que incluye,  incluso,  una pequeña cascada; junto al monte,  el jardín de los leones, otra delicia que atesora el parque, o la isleta de los patos. 
En cuanto a la vegetación, el parque da cobijo a numerosas especies, entre las que se  cuentan rosales, buganvillas, naranjos, olmos, palmeras, acacias, un espectacular árbol de lianas en la glorieta de Goya  o un ciprés  calvo  de mediados del siglo  XIX.

(20minutos)

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