martes, 16 de enero de 2018

La devoción del Rosario

De la devoción y otras cosas
"En todas  las casas, a horas  fijas, el  servicio femenino acompaña a la señora a la capilla, donde rezan el rosario en alta voz. En general, no usan libro de oraciones.  El  conde de Charny, francés, amable, discreto y general de Caballería en Cataluña, nombrado por el Rey de España, me contaba que, estando un día en la iglesia, tenía en la mano durante la misa su libro de oraciones. Una vieja se le acercó, le arrebató el  libro, y después de arrojarlo al suelo con indignación, le dijo: "Dejad estas cosas y coged el rosario." 
Es de ver el uso constante que aquí se hace del rosario. Todas  las damas llevan uno sujeto a la cintura, tan largo que poco falta para que lo arrastren por el  suelo.   
Rezan al ir por la calle, y cuando  juegan al tresillo, cuando hablan y hasta cuando enamoran, murmuran o mienten, rezan, y recorren con sus dedos  las  cuentas del rosario. Figuraos cómo será en tales  circunstancias  la devoción; pero aquí es la costumbre más poderosa que todo razonamiento.

(Carlos Fisas)

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