miércoles, 26 de julio de 2017

Felipe II y el labriego

Felipe II pasó los últimos tiempos de su vida en El Escorial. Allí gozaba de una soledad que no había podido gozar nunca en su laboriosa vida anterior. Un día, paseaba solo por los alrededores del monasterio. Se le acercó un campesino que pasaba por allí y se presentó:
—Caballero: me llamo Pedro Pérez y vivo no lejos de aquí. Si cualquier día os llegáis hasta mi casa, que es hacia allá, os prometo un vaso del mejor vino, de cosecha propia.
Felipe II correspondió a la presentación y al ofrecimiento.
—Yo me llamo Felipe II, soy rey de España y vivo corrientemente en Madrid. Si un día me visitáis en palacio, que es hacia allá, os prometo también un vaso de buen vino, aunque no de cosecha propia, pues no me dedico a esos cultivos.
No se sabe si alguno de los dos aceptó la invitación del otro.

(Carlos Fisas)

No hay comentarios: