sábado, 15 de julio de 2017

Bosque de Urbasa - Nacedero del río Urederra

El bosque de Urbasa es más que un símbolo de los hayedos navarros, es una auténtica maravilla de la naturaleza, un lugar creado para convertir las miradas en sensaciones, los pasos en quebrantos espirituales y los sonidos en provocativas sugerencias.
El hayedo de Urbasa es tan grande y salvaje que necesita varias visitas para ir conociendo sus parajes y veredas y para empezar a saber moverse entre los enormes troncos de las hayas, porque en Urbasa hay muy pocos caminos que no sean pistas forestales; mejor dicho, sí que hay caminos y senderos, pero la enorme cantidad de hojas que cubren el suelo forman una gruesa capa de humus que impide completamente la posibilidad de guiarse por las sendas de herradura que tan bien conocen los paisanos de la zona. Un rincón de cuento de hadas en los bosques de Urbasa es el nacedero del río Urederra, un singular paraje geológico de paredes de roca calcárea donde el río se asoma al mundo exterior y es recibido por una corte de hayas, tilos, sauces, avellanos, tejos, robles y serbales; las mejores especies de caducifolias se han reunido para dar la bienvenida al río que con tanta algarabía vegetal abrazando sus primeros pasos desborda alegría a raudales, modelando con muy buen gusto un rosario de preciosas pozas de colores esmeraldas y turquesas y una serie de saltos de agua que resaltan aún más la belleza única de este rincón de las montañas de Navarra.
El árbol que más destaca en el ámbito cromático del bosque es el haya, como suele ocurrir donde aparece este personaje vegetal. Destaca por su porte dominante y su elegante presencia, pero la competencia es muy fuerte y en otoño son tantos los árboles que juegan a ser pintores, tantas las hojas que se convierten en caleidoscopios vivientes y tantas las sonrisas multicolores, que las hayas se fusionan con la masa forestal desdibujando sus formas en un alucinante maremágnum de árboles de colores.

(Juan José Alonso)

No hay comentarios: