sábado, 8 de octubre de 2016

Las fábricas de cerveza de Madrid

La tradición cervecera de nuestro país es muy antigua, prueba de ello es que los restos de la bebida espumosa más antiguos de Europa se hallaron en el asentamiento prehistórico de Ambrona (Soria). Carlos V y su corte tan hispana como germana no pudieron prescindir de la bebida de Ceres y ya por aquel entonces se estableció la costumbre de traer maestros cerveceros del norte de Europa para crear fábricas en Madrid. En el siglo XVI existían varias fábricas de cerveza en nuestra ciudad. En el XVIII se establece una fábrica en Lavapiés, donde hoy se alza el Teatro Valle Inclán. A fines del XIX surge Mahou, en la calle Amaniel, y en 1900 nace El Águila, en Delicias. Además existió una fábrica en Moncloa, en la esquina de Fernando el Católico con Arcipreste de Hita, que se llamaba El Laurel de Baco y que fue derribada en los anos sesenta.

La fábrica de Mahou
Para conocer mejor lo que fue la primitiva fábrica de Mahou, cuyos vestigios permanecen en la calle de Amaniel números 29 y 31, me he puesto al habla con Emilio, antiguo empleado de la fábrica.
Emilio Castillo Carrión nació en Pedroñeras (Cuenca) en 1934. Nuestro hombre recuerda los tiempos en que la fábrica de cerveza ocupaba varios edificios de la zona. El edificio principal se hallaba en Amaniel, justo donde hoy se encuentra el Museo ABC del Dibujo y la Ilustración. El almacén de cebada estaba en unas dependencias del convento de las Comendadoras y las calderas se hallaban en la calle del Limón (aún se conserva la chimenea de ladrillo). Cuando la producción aumentó, la maltería y la plantas de embotellamiento se instalaron entre Santa Cruz de Marcenado y Alberto Aguilera. Aún hoy, en Alberto Aguilera número 13, puede verse un portón metálico pintado en verde que perteneció a dicha maltería.

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