lunes, 17 de febrero de 2014

El mito de El Conde Arnau

El Conde Arnau es el mito catalán por excelencia. La leyenda nos lo presenta unas veces como un noble y justiciero defensor de sus vasallos y otras como un ser despiadado y cruel.
Otras leyendas describen su condena a vagar por la tierra por toda la eternidad. Algunas refieren su arrepentimiento y busca del perdón.
El Conde era Señor de Mataplana y sus dominios comprendían gran parte de la comarca de El Ripollés.Su condena se refiere a sus amores sacrílegos con una doncella que para escapar a sus asechanzas profesó como monja en el Convento de San Juan de las Abadesas. Arnau no respetó el sagrado y penetró en el convento con ánimo de raptarla pero la encontró muerta.
Una variante de esta leyenda menciona que la asediada sería la propia Adelaisa, Abadesa del Convento.

No faltan leyendas que se refieren a "salarios no pagados" o a "medidas mal calibradas" e incluso a "hacer sufrir hambre a sus súbditos"
Sea como sea, alrededor de la medianoche el conde se levantade su tumba, hace sonar su cuerno de caza y, a su llamada, salen de sus sepulturas sus fieles escuderos y sus mastines y emprenden una correría desesperada en pos del Conde que cumple la condena:
"Correrás, correrás y nunca te detendrás..."

sábado, 15 de febrero de 2014

Cuestión de rango

Nos cuenta Fernández de los Ríos en su “Guía de Madrid” que, en cierta ocasión, se hospedó en el convento de las Descalzas Reales la Duquesa de Mantua.
Fue a visitarla la Reina con la Infanta y la Condesa de Olivares. Al subir al coche, la Reina y la Infanta ocuparon el asiento trasero, de cara a la marcha del vehículo y la de Mantua se acomodó muy a sus anchas en el de enfrente. La Reina le indicó que hiciese sitio a la Condesa a lo que replicó la Duquesa: “suplico a Vuestra Majestad considere que soy nieta del Rey don Felipe II e hija de la Infanta doña Catalina y no es decente que, a mi lado vaya la Condesa de Olivares.” La Reina aceptó el pedido y la Condesa hubo de conformarse a regañadientes con el trasportín.
(“Viejo Madrid – Ricardo Sepúlveda)

domingo, 2 de febrero de 2014

El mar de Orzán - La Coruña

Cerca de la Torre de Hércules hay una playa en la cual, a pesar de no haber escollos ni peñascos, se estrella el mar con terrible furia.
Las gigantescas olas que cubiertas de blanca espuma se suceden unas á otras sin interrupción y vienen á morir en la arena, amenazan de continuo, según una antigua profecía, a la linda capital de Galicia; la cual, según aquella, debe dormir un día en el fondo de los mares el eterno sueño de la muerte.
Este mar tan encrespado y terrible se llama mar del Orzan
Situada en el corazón de A Coruña, la playa del Orzán, de 700 metros de longitud, es contigua a la de Riazor, que da nombre al estadio de fútbol de la ciudad. Históricamente, la fuerza del oleaje en los inviernos coruñeses hacía que el mar inundase plazas interiores de la ciudad, como la de Pontevedra. Para poner fin al problema, en los años 80 se procedió al relleno de arena de las dos playas. Así la balaustrada del paseo marítimo quedaría protegida. En realidad ni eso pudo con la fuerza del mar. Raro es el invierno de temporales en que no cae la balaustrada. Hace tres años, las olas invadieron la carretera del paseo marítimo y arrastraron a un niño, salvado por un paseante cincuentón, quien por unos días se convirtió en un héroe local. El año anterior, cerca del Orzán, el mar se llevó unos bancos ornamentales y uno de ellos segó la pierna de un paseante.
En el 2010, el Orzán y Riazor fueron ampliadas de nuevo con más aportes de áridos, 320.000 metros cúbicos de arena traída de canteras. Con ello se ampliaba la playa para su disfrute y se aumentaba la protección ante los temporales. Sin embargo ese relleno cambió la morfología de la playa, que ahora tiene un escalón muy pronunciado en la zona de entrada del agua, de tal manera que pierdes pie abruptamente. A raíz de ahogamientos anteriores, algunos especialistas aseguran que la caída de la ola se ha vuelto más traicionera en la pendiente del escalón.