viernes, 13 de junio de 2014

Inauguración del Metro de Madrid

La inauguración de la primera línea del Metropolitano supuso para la Villa transformarse en gran ciudad, al modo de París y Londres. El proyecto era totalmente español, un alarde de nuestra ingeniería, bajo la dirección de don Miguel de Otamendi. Se efectuó el día 17 de octubre de 1919. Toda la prensa nacional se hizo eco el acontecimiento. Entresacamos a continuación los puntos esenciales de la amplia descripción que del mismo hizo el periódico "ABC", en su número del día siguiente:
"Desde mucho antes de las tres y media de la tarde, hora marcada para la inauguración, hallábanse congregados en la estación de Cuatro Caminos, numerosos invitados.Las autoridades civiles y milita-res tenían lucida representación, pues se encontraban: el Gobernador Civil, señor Cavestany; el Alcalde, señor Garrido Juaristi; el presidente de la Diputación Provincial, señor Maturana; el director de Seguridad, señor Torres Almunia; el Capitán General, Aguilera, comisiones de la Diputación y del Ayuntamiento y otras distintas personalidades... En el anden hallábanse el Obispo de Madrid-Alcalá, doctor Meló, acompañado por el maestro de ceremonias de la Catedral y el clero de la Parroquia de los Angeles con cruz alzada. Minutos después de las tres y media llegó a la glorieta de Cuatro Caminos su majestad el Rey, al que acompañaban la infanta Doña Isabel con su dama de compañía, señorita Margot Beltrán, la duquesa de Talavera y el marqués de Torrecilla, siendo objeto el monarca de efusivas demostraciones de afecto por parte de la muchedumbre congregada en aquel lugar.
Tan pronto como llegó el soberano, el obispo de Madrid-Alcalá fue otorgando sus bendiciones: primero a la Linea que se inauguraba y, después al tren real que iba a iniciar el servicio. Terminada la ceremonia religiosa el Rey y su séquito ocuparon el coche tractor del tren real, compuesto de dos unidades. Lo conducía el ingeniero montador, señor Zapata. El otro coche fue ocupado por las personas invitadas al acto y los representantes de la Prensa.
A las cuatro menos veinte se dio la salida. El veterano periodista y notabilísimo escritor, don Rufino Blanco, cronómetro en mano, se dispuso a contar los minutos empleados en cada uno de los trayectos comprendidos entre las ocho estaciones de la línea. Llegado el tren a la estación de Puerta del Sol el soberano y su acompañamiento se dirigieron al rellano de la escalera, donde se verificó el descubrimiento del escudo en bronce de Madrid y debajo la lápida, en mármol blanco, con la siguiente inscripción: "SS.MM. los reyes, don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia inauguraron la línea Cuatro Caminos-Puerta del Sol, el día 17 de octubre de 1919". A las cuatro y catorce minutos se emprendió el regreso a la estación de Cuatro Caminos, invirtiéndose en el recorrido, que se hizo sin paradas, siete minutos cincuenta y seis segundos.
El servicio público se inauguró a fines del mencionado mes de octubre de 1919, expendiéndose los billetes, que serían de primera o de segunda clase, al precio de 0,30 pesetas ida y vuelta en primera, 0,15,en segunda por un sólo viaje, y 0,20 pesetas en segunda, ida y vuelta.
No a todo el mundo agradó el nuevo medio de transporte, como escribió el inolvidable Antonio Casero en sus COPLAS del domingo, en el "Heraldo de Madrid":
"Ahora pasas muy cerca del infierno, debajo de las tiendas donde antes parabas y bebías de lo añejo, unas veces 'instao' por un amigo, unas veces 'instao' por un estanquero, ahora vas en el Metropolitano , caminito de tu casa, 'to'derecho, sin baches que te interrumpan tu camino ni bebidas que te turbe tu sosiego... ".

(Leyendas y anécdotas del viejo Madrid – Francisco Azorín)

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