lunes, 4 de marzo de 2013

La Casa de Castril

Cuentan que Don Hernando de Zafra, Señor de Castril, y descendiente directo del que fuera secretario de los Reyes Católicos, tenía una bella y joven hija, Doña Elvira, que se enamoró de D. Alfonso de Quintanilla perteneciente a una familia enemistada con los de Zafra.

A la pareja le servía de mensajero un joven paje que llevaba y traía las cartas de los enamorados, al cual sorprendió Don Hernando una noche en la habitación de su hija cuando llevaba una de las misivas. Este creyó que el paje era el amante de su hija y mandó ahorcarlo colgándole del balcón de la habitación.

El paje ante tal confusión daba excusas de su comportamiento y pedía justicia y clemencia a gritos, a lo que Don Hernando respondió: “Pide cuanta justicia quieras. Ahí ahorcado puedes estar esperando la del cielo cuanto tiempo te plazca”

No contento con lo sucedido, Don Hernando mando vigilar estrechamente a su hija tapiando el balcón y encerrándola en su habitación, donde cuentan que murió de tristeza.

(Foto y texto de Tagarete)

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