domingo, 25 de julio de 2010

La Era de Escorca


En Escorca, por el camino de Lluc, ábrese una sima en la que de noche se escuchan cantos infernales, trote de caballos, motos de mujer y repique de cascabeles.

En otro tiempo había en este mismo lugar una era. Cuando llegaba el mes de agosto reuníanse allí los trilladores y trabajaban entre gritos, cantos y risas.

Un domingo, por la tarde, en la era se trillaba, sin respetar el día del Señor. Mientras los caballos daban vueltas y más vueltas, haciendo sonar sus cascabeles, los payeses cantaban y decían a las mujeres bromas soeces. Éstas gritaban y reían, armando entre todos un guirigay espantoso.

De pronto se oyó por el camino de Lluc el vibrante sonido de una campanilla. Era un sacerdote que llevaba a un enfermo el Santo Viático. Los payeses continuaron su algazara, sin hacer caso de la divina presencia.

El sacerdote, horrorizado por tal profanación, se detuvo un momento sin atreverse a pasar por delante de aquella gente tan irrespetuosa. De repente se oyó un gran estrépito; la tierra se abrió y sepultó en su seno a cuantos en la era había.

Desde entonces siguen trillando sin parar los payeses, cantando; riendo y gritando eternamente, como en aquella tarde del domingo.

No hay comentarios: