domingo, 2 de agosto de 2009

San Froilán y el lobo (Lugo)


Nacido a principios del siglo IX dentro del recinto de las murallas, decidió a los 18 años, junto con su amigo Atilano, sepultarse en lo más quebrado del monte Cucurrino (hoy conocido como Corueño) con ánimo de atender únicamente a su perfección y a la unión con Dios. Más tarde, sin embargo, la voluntad superior lo encaminó a una vida apostólica que comenzó recorriendo toda Galicia, para culminar como Obispo de León bajo la protección del rey Alfonso III.


Sus restos todavía reposan en aquella catedral, junto a ese famoso rey de León, en una impresionante sepultura, pero es en su ciudad natal donde lo siguen recordando con mayor fervor.Su nombre aparece unido a una parroquia extramuros, así como a una de las grandes iglesias barrocas del casco viejo, aunque donde reina es en la catedral, compitiendo solamente con Nuestra Señora de los Ojos Grandes.

Cuenta la tradición que, el representar al patrono de la ciudad en compañía de un lobo podría deberse a un encuentro que tuvo con uno de ellos en una de sus múltiples peregrinajes por las tierras de la provincia. Dicen que estando San Froilán una mañana rezando y absorto en sus oraciones, se le apareció un lobo hambriento que vio en el asno del santo un apetitoso almuerzo. Abalanzándose sobre él, comenzó a devorarlo momento en el que lo encontró el Santo, que con su mirada dejó al lobo acurrucado y temeroso, mientras le hablaba de amor y paz. Así fue como San Froilán consiguió quitarle al lobo el miedo al hombre y al fuego, tomándolo a su servicio para llevarle por el mundo las alforjas. Desde entonces, el lobo caminó siempre a su lado, arrimado a su pierna derecha aunque lo que tenga de cierto ya nadie lo sabe.

Los famosas fiestas lucenses, declaradas de interés turístico gallego, cuentan con una amplia variedad de conciertos, grupos y festivales aptos para todos los públicos.Las fiestas se abren el día 4 de Octubre con la lectura del pregón.

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