sábado, 18 de octubre de 2008

Fundación de León (Castilla y León)


León nació como estación militar. Allá por los años del último tercio del siglo primero de la Era cristiana, Galba creó una nueva Legión -la VII Gemina- reclutada entre españoles. Una inscripción de Villalís nos dice que el 10 de junio del año 68 recibió la Legión la vexillatio o entrega de las águilas e insignias. Poco tiempo después, acaso en el año 70, llegó a los sotos del Bernesga y del Torio la Legio VII Gemina, con sus diez cohortes, sus treintamanípulos que componían un efectivo de seis mil hombres de a pié, ciento veinte de a caballo, cincuenta piezas de artillería –balistas y onagros para lanzar piedras-. Detrás venia la impedimenta, la gente civil acompañante de la Legión, las mujeres y los niños de los legionarios casados, los traficantes y cantineros.

Los ingenieros militares eligieron para campamento estable, conforme a las reglas de la estrategia campamental, una suave colina sobre el triángulo de confluencia de los nos Bernesga y Torio. Un rectángulo de 550 metros de norte a sur por 380 de este a oeste, con sus cuatro puertas, limitaba el perímetro del campamento. Fuera de él quedaban las construcciones de la gente civil que dio origen a la ciudad de León.

Así nacía la Ciudad bimilenaria, con el mismo perímetro, los mismos accesos romanos que conservó íntegros hasta la baja edad media y que, en buena parte, han llegado hasta nosotros. El vallado de madera pronto fue sustituido por obra noble de sillares alternando con lienzos de canto rodado, entreverado con hileras de ladrillo que aún pueden verse en la muralla actual.
Quedaba la Legión afincada sobre la vía de Astorga a Zaragoza, en las estribaciones de la cordillera Cantábrica, refugio de los belicosos astures, y a la vista de los criaderos auríferos del Orbigo y del Sil. Después el campamento fue creciendo en importancia y se convirtió en ciudad.
En ella se asentó el Legado augustal de Asturias y Galicia. De la Legio tomó el nombre la civitas que más adelante se cambió en León, nombre que ya aparece romanceado y documentado en el siglo XI.

Antonio Viñayo

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